A cuatro años del crimen de Lola Chomnalez, buscan al asesino entre todos los presos de Uruguay - Clarín.com

A cuatro años del crimen de Lola Chomnalez, una adolescente de 15 años que estaba de vacaciones en Valizas (Uruguay) con su madrina y su familia, la investigación está casi igual que el primer día.

No hay una hipótesis preponderante, no hay imputados, ni certezas sobre lo que pasó aquel 28 de diciembre de 2014, cuando Lola salió a caminar por la playa a la hora de la siesta. Y ahora, como se pesca a ciegas con una red en el fondo del mar, la Justicia uruguaya busca al culpable entre todos los presos del sistema penitenciario de ese país.

El dolor de los padres de Lola, Adriana  Belmonte y Diego Chomnalez. (Martín Bonetto)

El dolor de los padres de Lola, Adriana Belmonte y Diego Chomnalez. (Martín Bonetto)

Para eso comparan sus ADN con los rastros genéticos encontrados en un toallón manchado con sangre que estaba adentro de la mochila de Lola, hallada dos semanas después del crimen enterrada en la arena, muy cerca de donde apareció el cuerpo.

Lola Chomnalez fue hallada sin vida el 30 de diciembre de 2014, dos días después de su desaparición. Estaba en una zona de médanos y vegetación a unos cuatro kilómetros de la casa donde se hospedaba junto a su madrina, Claudia Fernández, la pareja de la mujer, Hernán Tuzinkevich, y el hijo de ambos.

El grupo se había instalado en el balneario para pasar fin de año allí. Lola llegó el 27 de diciembre y al día siguiente desapareció.

La autopsia sobre el cadáver, que estaba semienterrado en la arena, determinó que la adolescente murió por asfixia por sofocación y que presentaba varios cortes de arma blanca en distintas partes del cuerpo. Creen que la mataron aplastando su cara contra la arena. Además, se estableció la hora de muerte entre las 14 y las 15 del mismo día que desapareció.

Los primeros días de la investigación, vitales para el esclarecimiento del caso, estuvieron repletos de desprolijidades. En diez días, la jueza Marcela López Moroy detuvo y liberó a 9 personas. Entre ellas a la propia madrina de Lola, Claudia Fernández.

El 8 de enero de 2015, López Moroy dejó la causa y en su lugar asumió Silvia Urioste, la titular del juzgado N° 2 de Rocha que estaba de licencia por la feria. Luego vino la jueza Romina Sena y a fines del año pasado se hizo cargo del caso el magistrado Juan Manuel Giménez Vera.

La plata de Valizas, el balneario uruguayo en  el que asesinaron a Lola. (GUILLERMO RODRIGUEZ  ADAMI)

La plata de Valizas, el balneario uruguayo en el que asesinaron a Lola. (GUILLERMO RODRIGUEZ ADAMI)

En el medio el desfile de sospechosos por la Fiscalía de Rocha continuó. En total hubo cerca de 40 indagados. Todos quedaron desvinculados del caso.

Uno de ellos y que generó aún más misterio en torno al crimen fue Hugo Beltrame, apodado "Huguito". Al joven de 30 años lo detuvieron en Chuy, una ciudad fronteriza en el límite de Uruguay y Brasil, por orden de la jueza Urioste. Se declaró inocente y dijo que lo confundieron con otro "Huguito". Unos días despues de recuperar su libertad lo acribillaron de seis tiros en Rocha. Ese crimen también quedó impune.

En septiembre de 2015 apareció el "Negro Huguito", amigo de Beltrán. Lo detuvieron después de que se difundiera una conversación de un periodista con un ex preso al que el sospechoso le habría confesado el crimen. "Se nos fue la mano", le habría dicho.

Esa conversación que salió a la luz sembró más sospechas en torno a la investigación. Sobre todo al rol que jugó la Policía de Rocha. "La Policía me está acosando todos los días. (...) El miedo mío es que yo sea un ajuste de cuentas más, porque el "Huguito" (...) trabaja con la Policía de Rocha de acá, por eso es intocable", señaló el hombre. Finalmente, el "Negro Huguito" se declaró inocente y fue liberado.

En septiembre de este año, los padres de Lola, Diego Chomnalez y Adriana Belmonte, viajaron a Uruguay para reunirse con la fiscal del caso, Patricia Sosa. Allí les informaron que la Policía de Rocha estaría otra vez al frente del caso.

"La investigación es muy desastrosa, la Justicia uruguaya deja mucho que desear. Hay puntos que están sin haberse resuelto como debían", dijo la chef Beatriz Chomnalez, abuela de la víctima. La familia fue a Uruguay con una carta del Presidente Mauricio Macri en la que pedía un reimpulso a la investigación.

Un homenaje a Lola realizado por familiares y  amigos en Parque Las Heras, a un año del  homicidio. (Germán García Adrasti)

Un homenaje a Lola realizado por familiares y amigos en Parque Las Heras, a un año del homicidio. (Germán García Adrasti)

El pedido del cotejo de ADN con los presos del Comcar, la cárcel más grande de Uruguay, y al penal de Rocha, fue solicitado a la Justicia por el entonces abogado de la familia Chomnalez, Jorge Barrera. Los tests se fueron haciendo pero nunca se dio con un resultado positivo. Ahora con la Ley del Registro de Huellas Genéticas, cada nuevo detenido que ingresa al sistema penitenciario uruguayo es cotejado con la pista del perfil genético del caso Lola.

"Es un hecho complejo en una escena del crimen con la naturaleza haciendo su trabajo en contra de la investigación", consideró Juan Williman, abogado de la familia Chomnalez en Uruguay. "El móvil no es abuso, parece que fue robo. Pero hay cosas que no son claras y que complejizan la investigación y no han generado prueba judicial válida", señaló.

A pesar de la falta de resultado, desde la familia de Lola no bajan los brazos. "Yo guardo la esperanza que se siga trabajando el expediente. Por ahora está en movimiento y eso me genera la sensación de que se puede llegar a esclarecer", dijo Williman.

El asesino que susurraba pistas falsas a la policía - EL PAÍS

[* Este artículo fue publicado originalmente en la edición impresa del 29 de agosto de 2015]

Antes de morir en prisión, víctima de un cáncer, en 2014, Alejandro Cuartero seguía negándolo todo. Pese al alud de pruebas que le incriminan y la sentencia dictada en su contra, sostenía que no tuvo ninguna implicación en el asesinato de una pareja de ancianos y de su nieta de 16 años. Las tres víctimas eran familiares —los padres y una sobrina— de Mònica Claveguera, que había sido su pareja durante diez años y que le dejó, según él, porque enfermó de cáncer. Volver con ella se convirtió, desde entonces, en una obsesión que guió todos sus pasos.

La mañana del 27 de enero de 2012, Cuartero acudió al piso de la calle Sardenya de Barcelona, donde Mònica vivía con sus padres y una sobrina. Ella no estaba en casa, pero su familia sí. El hombre les mató a golpes de martillo y trató de elaborar pistas estrafalarias para convencer a la policía de que ella era la responsable de los crímenes.

Josep Porta, jefe de homicidios de los Mossos d'Esquadra, recuerda con nitidez el llamado triple crimen del Eixample. Porta no cree que Cuartero intentara hacer daño a Mònica a través de la familia más cercana. Opina, más bien, que el asesino veía en los abuelos y la sobrina un obstáculo para retomar su tortuosa historia de amor. Ella le había dejado un año antes, pero él no lo aceptó y la sometió a un acoso implacable. Durante ese tiempo se seguían viendo e incluso mantenían relaciones sexuales. "Era para quitármelo de encima", diría Mònica, abrumada, en el juicio.

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Cuartero puso toda su energía en desvincularse de los asesinatos. A los investigadores les sorprendió que, la primera vez que hablaron con él, diera toda clase de explicaciones que nadie le había pedido. En especial, que echara pestes sobre la adolescente de 16 años pese a que acababa de morir de un modo horrible y brutal. Los policías supieron que estaban frente a un hombre incapaz para la empatía y con rasgos de psicópata. "Tenía un carácter egocéntrico, muy de cara a la galería, hablaba siempre por encima de sus posibilidades...", recuerda Porta.

El triple homicida sostuvo que Mònica, funcionaria de la Generalitat, era la única persona que salía beneficiada con el crimen, ya que se hacía con la herencia de sus padres y se libraba de la penosa carga de lidiar con una adolescente "caprichosa" y problemática.

"Pensaba que iba a confundirnos porque se sentía superior. Y elaboró una estrategia para intentar dirigir la investigación", señala el jefe de homicidios. Cuartero dedujo que tendría el teléfono intervenido y aprovechó las llamadas y los mensajes para involucrar a su ex. Y, también, para inocular su versión a quienes le escuchaban. "Llegaba un momento en que hablaba para nosotros. Estaba las 24 horas dedicado a eso", afirma Porta. En sus maquinaciones, llegó a confeccionar cartas escritas por falsos sicarios que exigían a Mònica el pago de la cantidad supuestamente pactada para ejecutar el crimen. "Rubia, el bonus era por dos y salieron tres. Nos debes guita. Pásate por donde sabes y cerramos business", escribió Cuartero. Esas cartas coincidían con mensajes de texto que él mismo había enviado al móvil de Mònica antes de ser detenido.

Los Mossos creen que se desmoronó cuando "se le retiró el acceso" a su expareja. A Mònica también la sondearon, pero descartaron que estuviera involucrada. La única duda que les queda a los investigadores es si, dado que ella misma era víctima de llamadas y seguimientos, pudo llegar a imaginar que Cuartero sería capaz de matar. Ella lo negó en la vista: "No pensé que fuera peligroso... Lo era, pero porque a mí me torturaba".

Dos años después del suceso, Cuartero fue condenado a 59 años de prisión por tres asesinatos con alevosía. La prueba que le incriminó de manera definitiva, más allá de sus propias extravagancias, fueron los restos de sangre de la menor que los Mossos hallaron en el cordón de sus gafas.

Alejandro Cuartero Gil nació en Barcelona. Era padre de una hija, exhibicionista y aficionado a las motos. Murió con 65 años en 2014  mientras cumplía la pena de prisión a la que fue condenado (59 años) víctima de un cáncer. Cuando cometió el crimen ya tenía un tumor cerebral, pero los forenses descartaron que hubiera influido en su capacidad de decisión.  Los Mossos hallaron restos de sangre de una de sus víctimas (la menor) en el cordón de sus gafas. Ingresó en prisión provisional menos de un mes después del triple crimen.

Propósito 2019: Justicia – Cuarta entrega: Lilia Alejandra García Andrade - Regeneracion

El de Lilia Alejandra data de 2001 y es uno de los casos más representativos de feminicidio en Ciudad Juárez. Su madre tiene el propósito de que se haga justicia

Propósito 2019 Justicia – Cuarta entrega  Lilia Alejandra García Andrade 3

Por Pita Ramírez y Dante García

Regeneración, 30 de diciembre de 2018. Han pasado 17 años del hallazgo del cuerpo sin vida de la joven Lilia Alejandra García Andrade en un lote baldío de Ciudad Juárez, Chihuahua. Su familia aún busca a los culpables pero ha logrado avances y su propósito para el próximo año es que los feminicidios, como el de su hija, se detengan; que la frase "ni una menos" sea una realidad para 2019.

El caso de Lilia Alejandra en Ciudad Juárez

El de Lilia Alejandra data de 2001 y es uno de los casos más representativos de feminicidio de Ciudad Juárez.

La joven de 17 años de edad no llegó a casa después del trabajo el 14 de febrero de 2001. Su madre, Norma Andrade, acudió con las autoridades y difundió carteles con su foto por toda Ciudad Juárez.

De acuerdo con la documentación del caso, seis días después testigos llamaron a la policía para denunciar a dos hombres agrediendo a una chica en un carro.

Era Lilia Alejandra, como se supo después.

Las autoridades no acudieron a atender la emergencia y al día siguiente fue hallado el cuerpo de la joven que había sido violada, torturada y mutilada.

El alarmante clima de feminicidios en Ciudad Juárez, que captó la atención de las miradas internacionales, surgió entre los años de 1993 y 2004.

Familiares de las víctimas con frecuencia se enfrentaban con la negligencia de las autoridades, quienes incluso llegaban a responsabilizar a las desaparecidas de su condición, a culpar a las víctimas.

Sin embargo, con la atención mediática nacional e internacional las autoridades se vieron presionadas para buscar una solución y presentaron como responsables a un empresario egipcio llamado Abdel Latif Sharif y a la banda delictiva "Los Rebeldes de Ciudad Juárez".

En ese entonces hubo sospechas de que los culpables habían sido fabricados. El egipcio murió en la cárcel insistiendo en su inocencia y con sólo un caso dudosamente comprobado en su contra. Los pandilleros salieron libres tras saberse que habían sido presionados para que se declararan culpables.

Cambia el ambiente decembrino tras sufrir un feminicidio en la familia

Por todo ello, la madre de Lilia Alejandra, Norma Andrade, continúa buscando justicia. Uno de sus propósitos para el próximo año es "que la frase 'ni una menos' sea una realidad" ya en 2019.

Norma amablemente proporcionó una entrevista a la periodista Pita Ramírez para Regeneración, en la que relató cómo ha cambiado la vida de la familia a raíz del feminicidio de Lilia Alejandra, especialmente durante las fiestas decembrinas.

La madre relata que las fiestas las pasa en casa, "en compañía de mis dos nietos".

Sin embargo "antes se reunía toda la familia en casa de mi mamá", recuerda. "A cada quien le tocaba llevar algo, a mí me tocaban los buñuelos, hacía 10 kilos para la familia".

"Todo era risa y alegrías, iba a misa con mis hijas y esposo, y después llegábamos como a las 8:00, después de misa, a casa de mi mama".

Todo esto cambió; la relación de la familia en un principio se mantuvo firme, pero después de que atentaran contra la vida de Lilia Alejandra todo cambió; "mi familia tiene miedo y me pidió que dejara todo", sin embargo Norma se negó a dejar de luchar por el caso de su hija y "todo cambió".

Todo esto, sin embargo, no ha mermado los esfuerzos de Norma y su familia: su propósito para este nuevo año es lograr llevar al Estado a ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos "para lograr que los asesinos de Alejandra estén en la cárcel".

Ademas, busca que el Estado cree políticas publicas de protección para los hijos e hijas de las victimas.

"En mi caso particular busco justicia, que los agresores de Alejandra paguen por lo que le hicieron, una reparación integral para mis nietos y obligar al gobierno a realizar acciones efectivas para que esta situación termine y lograr que la frase 'ni una menos' sea una realidad".

Norma también contó a Regeneración cómo se desarrolla el caso actualmente.

El caso, explicó, está en etapa de investigación aún, y los indicios que se tienen son tres perfiles genéticos de ADN, "pero el caso esta en la comisión, en espera del informe de fondo".

Medios nacionales este año reportaron que los perfiles genéticos hallados en la cobija en la que Lilia Alejandra fue envuelta revelaron que un grupo de hombres fue el que atentó contra la joven y que estos hombres estuvieron relacionados con otros tres casos más.

Uno de los agresores, señala Milenio, era familiar de un fiscal de la procuraduría de Chihuahua.

El caso de Lilia Alejandra forma parte de una serie de feminicidios "del Campo Algodonero", llamados así porque cuerpos de mujeres eran halladas en el mismo campo donde se cosechaba algodón.

Sobre los feminicidios en Ciudad Juárez, la periodista Pita Ramírez agrega que los primeros casos de mujeres asesinadas en grupo adquirieron notoriedad en 1995, en Lote Bravo con nueve víctimas, y en 1996 en Lomas de Poleo con ocho.

Los asesinatos fueron en aumento y en 2001 se localizó a ocho mujeres mutiladas, agredidas sexualmente y sin vida en el Campo Algodonero.

Además, entre 2002 y 2003 en el cerro del Cristo Negro se sumaron seis casos más.

Ante ello, en 2003, se creó y utilizó el Protocolo Alba o Protocolo Naranja; una serie de pasos que las autoridades deben aplicar cuando una niña o mujer desparecen, implementado en varias entidades como el Estado de México.

En 2009, por primera vez en la historia, la Corte Interamericana de Derechos Humanos dictó fallo ante el Estado mexicano como responsable de la desaparición, violencia y privación de la vida de las mujeres.

Otras entregas de la serie Propósito 2019: Justicia

Propósito 2019: Justicia – Primera entrega: Norma Dianey García

Propósito 2019: Justicia – Segunda entrega: Diana Velázquez Florencio

Propósito 2019: Justicia – 3ra entrega: María de Jesús Jaimes, Marichuy

Si quieres informarte más, visita: Regeneración

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Hombre, con antecedentes y arma blanca: así es el asesino tipo que mata en España - El Confidencial

Durante los últimos días, los debates sobre la prisión permanente revisable han incendiado las tertulias radiofónicas y televisivas, que han centrado el discurso en la eficacia o no de una medida controvertida que aplican otros países europeos. La violación y el asesinato de la profesora Laura Luelmo en El Campillo (Huelva) ha retomado un asunto que también ha versado sobre la posibilidad de que quienes han cometido este crimen puedan volver a hacerlo e incluso sobre si existe alguna posibilidad de predecir quiénes son aquellos que podrían convertirse en homicidas con base en las características comunes que arrojan los asesinos.

En esta línea, el Gabinete de Estudios de la Secretaría de Estado de Seguridad ha elaborado por primera vez un análisis pormenorizado de las características de estos criminales en el denominado Informe sobre el homicidio en España, que examina a las 871 personas que cometieron un asesinato entre 2010 y 2012. De ellas, contabiliza el documento, 778 eran hombres y 93 mujeres. De todas, el 69% cometieron un crimen de tipo interpersonal, la mayoría en medio de discusiones acaloradas y reyertas.

Según los datos arrojados por el estudio, el homicida tipo tiene una media de 36 años, es español y está ocupado. En concreto, el 63,5% (498 en números redondos) de los asesinos son españoles. Entre los extranjeros, destacan los rumanos (45 autores), los marroquíes (36) y los colombianos (26), subraya el informe, que vincula a estos asesinos de otras nacionalidades con crímenes más vinculados a la delincuencia organizada. "Los españoles tienen más presencia en homicidios de tipo interpersonal", aclara el documento del Ministerio del Interior, que añade que los asesinos españoles son "significativamente más jóvenes", ya que la mayoría se sitúa entre los 18 y los 30 años mientras los primeros están sobre todo entre los 41 y los 64.

A pesar de que los atestados policiales no recogen datos sobre la situación laboral, el informe sí que los recopiló y arrojó de este modo otro rasgo que permite ayudar en el dibujo del perfil del asesino. Específicamente, recogió información sobre 328 homicidas (casi el 38% de los que cometieron un asesinato). De ellos, el 38% estaban ocupados; el 23% en paro; el 3% jubilados; y el 2% eran estudiantes. El 32% restante presentaba "otras situaciones", describe el informe, que detalla asimismo que el 23% de los autores eran consumidores habituales de sustancias estupefacientes, sobre todo de drogas. De hecho, en el momento de los hechos, 111 estaban bajo los efectos del alcohol, de las drogas o de ambos.

Roberto R. Ballesteros

Todos ellos acabaron con la vida de menores de 16 años o ancianos desvalidos y la mayoría cometieron el crimen para dañar a sus respectivas parejas

La mayoría de los homicidas (447, el 51%) contaba con antecedentes policiales, sobre todo por delitos contra las personas (281, el 32%). Solo el 3% (26 individuos) tenía un antecedente previo de homicidio, lo que indica que para la inmensa mayoría de los asesinos era su primera actuación mortal. Entre estos últimos se encontraría, por ejemplo, Bernardo Montoya, el presunto verdugo de Laura Luelmo, que ya cumplió condena por otro asesinato que perpetró en 1995 contra una anciana de Corteaga (Huelva). Por otro lado, el 27% de los autores estudiados no contaba con ningún antecedente, por lo que el homicidio era su primer delito, un dato que los técnicos del Ministerio del Interior que han elaborado el informe califican como "alarmante".

En este último perfil encajarían de hecho la mayoría de los cinco condenados a prisión permanente revisable, la máxima pena que contempla el ordenamiento jurídico español desde 2015. En concreto, ni Patrick Nogueira, el asesino múltiple de Pioz; ni Daniel Montaño, el hombre que arrojó a una bebé por la ventana y trató de matar a la madre de la niña; ni David Oubel, quien asesinó a sus dos hijas pequeñas con una sierra radial y un cuchillo, tenían antecedentes penales por delito alguno. Marcos Miras, que mató a su hijo de 11 años con una pala para hacer daño a su mujer, por su parte, únicamente había sido condenado con anterioridad por coacciones. Sobre Sergio Díaz, que asesinó al abuelo de su novia, no constan antecedentes tampoco.

Aun así, según la estadística del citado informe, los hombres homicidas cuentan con más antecedentes (50%) que las mujeres asesinas (25%). Tanto ellas como ellos, en su mayor parte, sin embargo, sí que fueron detenidos por las fuerzas de seguridad. En concreto, el 87,5% de estos criminales resultó finalmente arrestado; casi un 5% se suicidó o al menos lo intentó (más de la mitad de las tentativas fueron consumadas); y el 3% está aún sin localizar. "Se desconoce la situación del resto", apunta el mencionado documento de la Secretaría de Estado, que aborda también el tipo de armas con las que se perpetraron los asesinatos.

Puñales y cuchillos (armas blancas en general) son las herramientas más utilizadas por los homicidas españoles, seguidas de las armas de fuego. Unas u otras se han utilizado en dos de cada tres asesinatos. En concreto, las armas blancas han servido para matar en el 41% de las ocasiones del periodo estudiado, por el 16% de las pistolas o revólveres. Entre las dos (y otras armas similares que la estadística cuantifica al margen) sumarían casi el 59% de los útiles usados para cometer crímenes. El resto de armas han sido la propia fuerza del agresor (en el 13% de los casos), un objeto contundente (en el 11,5%) o la asfixia (en el 5%).

Al ser más hombres los que matan, el sexo masculino predomina en todas las categorías de la clasificación de armas, aunque se modera en la asfixia, que es el medio más utilizado por las mujeres para asesinar, según concluye el Informe sobre el homicidio en España, que también estudia el método de huida de la escena del crimen. La mayoría de los homicidas, arrojan los datos, escapa a pie (el 26,3%); dos de cada cinco (20%), en vehículo; un 17% no abandona el lugar y es detenido en el mismo; y en un 36% de los casos las fuerzas de seguridad no llegan a determinar cómo abandona la escena del crimen el homicida.

Según el mismo documento, además, hay "diferencias significativas" entre los asesinos varones y las asesinas mujeres. Pocos estudios, sin embargo, abordan este segundo colectivo, que en España representa el 11% de los homicidas, un porcentaje similar al que arroja en otros países, que sitúan la proporción entre un 5 y un 10%. De hecho, el propio informe del Ministerio del Interior resalta que "ningún estudio científico" de los estados del entorno de España abordan el perfil de la mujer homicida. Tan solo Japón y Estados Unidos han comenzado algunas investigaciones que apuntan a observar si las féminas matan igual que los hombres, si tienen las iguales motivaciones o si utilizan las mismas armas.

El informe español, de hecho, se limita a señalar que los homicidas masculinos son ligeramente más jóvenes que los femeninos (36 y 37), una diferencia casi insignificante para los técnicos, que destacan que los hombres sí que presentaban más antecedentes que las mujeres (69% por 38%), que cometían más asesinatos interpersonales que los varones (81% por 68%). Estos últimos, además, cometen más crímenes en el marco de otras actividades delictivas (28% frente al 18%). Por otro lado, dejando de lado la violencia de género, la mujer también mata más que el hombre en el ámbito doméstico (37% frente a 13%). Apenas el 23% de estas últimas, por último, tenían relación con su víctima, un porcentaje muy superior en los varones, que en el 77% de los casos asesinan a conocidos, familiares o parejas sentimentales.

El asesino de Laura Luelmo, el hombre que ya no sabe vivir fuera de la cárcel - EL PAÍS

Bernardo Montoya no tiene miedo a la cárcel. La cárcel ha sido su hogar durante su vida adulta —22 años de estancia ahora que ha cumplido los 50—, el lugar donde ha encontrado orden, disciplina, un horario que cumplir, unas necesidades cubiertas, incluso, una relación con una mujer. Se trata de una reclusa de la cárcel de Huelva a la que visita para un vis a vis un viernes por la mañana del día 14 de diciembre. Según la Guardia Civil, 48 horas antes de ese 14 de diciembre Montoya ha asesinado de un golpe en la cabeza a Laura Luelmo, su vecina de 26 años desde hace escasamente tres días.

Aquel viernes 14 puede que la haya asesinado ya (o que esté pensando en hacerlo, según los informes de los forenses), pero sabe que tiene una patrulla de la Guardia Civil a la puerta de su casa desde la noche anterior. No huye. Acude a su cita con la reclusa. Ya conoce la cárcel: tres veces ha salido de ella y otras tantas ha regresado por delitos graves.

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Montoya no tiene miedo a mentir. Tampoco a decir la verdad. Ni a regresar a la escena del crimen, donde sabe que espera la Guardia Civil porque la mujer a la que ha matado o piensa matar es su vecina de enfrente —cinco metros separan sus puertas—, a la que ha raptado cuando regresaba del supermercado el miércoles 12 de diciembre. Ella llevaba una bolsa con media docena de huevos, dos botellas de agua y una bolsa de patatas, patatas que Montoya se comió porque no tenía otra cosa.

Ya sabe lo que es matar. Montoya acabó con la vida de una anciana de 82 años en 1995, cuando era joven y quiso eliminarla para que no testificara en un juicio cómo la había asaltado con un cuchillo un año antes. Un asesinato a cambio de un robo con violencia. Montoya tiene pensamientos irracionales, posiblemente pocos recursos intelectuales y sociales a ojos de los expertos. ¿Quién no huye sabiendo que los agentes están delante de su domicilio y volverán para preguntarle por Laura Luelmo en cualquier momento, como ya hicieron el primer día? "No sabía que viviera alguien en esa casa", contestó mintiendo a los agentes. Montoya entra y sale andando, toma su coche y regresa, sabe que ha matado a esa joven o cree que debe matarla, que en algún momento ha escondido el cadáver a cinco kilómetros en La Mimbrera, no demasiado lejos, o que debe desprenderse de su cuerpo. Actúa desordenadamente. Si tiene que eliminar a un testigo, lo mata. Y Laura Luelmo lo es. No, no tiene miedo.

La joven es una mujer fantasma en El Campillo, un pueblo de 2.000 habitantes en una zona minera de Huelva, con un paisaje contradictorio, lo mismo parece un lugar de Marte que un vergel de frutales. Nadie la conoce porque hace tres días que habita una pequeña casa baja alquilada en la calle Córdoba 13, una esquina del pueblo poco habitada. Apenas lleva tres días en El Campillo, donde reside porque dejó Zamora para dar clases de dibujo en el instituto Vázquez Díez, en Nerva, distante nueve kilómetros. Desde el 4 de diciembre hasta el 9 vivió en un hotel buscando un lugar para alquilar. No ha entablado relaciones con nadie, no ha tenido tiempo. Cuando cae la tarde, en El Campillo hace frío. Y ese miércoles 12 de diciembre se levanta el viento. "No sé si saldré a caminar, hace viento", escribe a su novio, a las 16.22, así que decide ir al supermercado a hacer una pequeña compra. Solo se ha percatado de que su vecino de enfrente no es de fiar. "No me gusta cómo me mira", le comentó a su pareja.

El dato más exacto en las últimas horas de vida de Laura Luelmo es el momento en el que la caja registradora del supermercado certifica el pago de su compra. Las 17.20. A partir de ahí, camina hacia su final. Su cuerpo aparecerá el lunes 17 de diciembre en La Mimbrera. Está muerta, tendida en el suelo boca abajo, desnuda de medio cuerpo. Han pasado seis días.

Bernardo Montoya volverá a la cárcel, donde residirá otra media vida. Recibirá una larga condena. Mató y agredió sexualmente a su víctima, dicta el primer informe de la autopsia. Queda por saber si la asesinó horas después de atraparla, que es la tesis que divulgó la Guardia Civil en una abarrotada conferencia de prensa o convivió con la idea de matarla mientras los agentes custodiaban a escasos metros de la puerta de su casa, según se puede deducir tras el informe forense.

Desde el jueves 13 hasta el martes 18 se mueve desordenadamente, incluso acude a un centro de salud el viernes 14 porque tiene un golpe en un costado de una patada que le propinó la joven, según su propio testimonio cuando fue detenido. Viaja a Huelva, a Sevilla, a Cortegana, 46 kilómetros hacia el este, donde residen parte de los Montoya, una familia de nueve hermanos. Hace todo eso mientras batidas de vecinos, decenas de agentes, helicópteros, equipos de buceo y hasta periodistas peinan los alrededores de su casa en la calle Córdoba 13. Todos preguntan y los vecinos responden que el culpable ha sido él.

Bernardo Montoya carecía del sentido del riesgo. Cuando el martes 18, el día siguiente de aparecer el cadáver de Laura Luelmo, hace su última salida en su Alfa Romeo negro es perseguido por los agentes. Entonces, detiene el coche y sale corriendo. "No me dejéis salir de la cárcel porque lo volveré a hacer", proclama ante la juez del caso. Ya no tiene miedo a la cárcel.

Los padres de Laura Luelmo piden que cese "el espectáculo"

Los familiares de Laura Luelmo han pedido a los medios de comunicación que dejen de hacer "un espectáculo" de la muerte de la joven y que "eviten polémicas y especulaciones".

"Por favor, apelamos a sus sentimientos y a su compasión: ¡¡Déjenlo ya!!", claman en un comunicado distribuido por sus abogados. "Dejen de hacer de la muerte de nuestra hija un espectáculo, eviten polémicas, especulaciones, emisiones y comentarios públicos que solo agravan nuestra angustia, alargan nuestra espera y aumentan nuestro dolor".

Los padres aseguran haberse sentido confortados en su sufrimiento por la "oleada de manifestaciones de apoyo, ánimo y fuerza".  No obstante, subraya el comunicado, los padres de la joven profesora piden a los profesionales de los medios de comunicación que realicen su trabajo "sin contribuir a aumentar este dolor, que se agudiza por la espera y se incrementa exponencialmente cuando, con el pretexto del derecho a la información, se vulneran otros derechos".

La mujer que encontró al asesino entre un millón de personas - EL PAÍS

El pasado 25 de abril la policía llamó a la puerta del expolicía Joseph James DeAngelo y le detuvo por ser presuntamente uno de los peores asesinos en serie de la historia de EE UU. A este hombre de 72 años se le acusa de al menos 12 homicidios, 50 violaciones y 100 asaltos cometidos entre 1974 y 1986. En más de 40 años de investigación la policía había agotado todas las pistas posibles para atrapar al responsable.

El giro afortunado de la investigación se debe a Barbara Rae-Venter, una doctora en biología y abogada retirada que se especializó en investigar árboles genealógicos. Hoy la prestigiosa revista científica Nature destaca a esta mujer como una de las personas más importantes de 2018.

Una muestra de semen preservada en un congelador permitió secuenciar el ADN del autor de los crímenes de los 70 y 80, aunque se desconocía su identidad. Los investigadores subieron los datos genéticos a GEDmatch, una especie de red social en la que en torno a un millón de personas han incluido sus perfiles genéticos para buscar familiares. La policía encontró a unos 20 primos terceros del asesino y, a partir de esos datos, identificó a su ancestro común: un tatarabuelo suyo que vivió en el siglo XIX.

Barbara Rae-Venter,  en una imagen tomada de su página web.
Barbara Rae-Venter, en una imagen tomada de su página web.

Durante cuatro meses, Rae-Venter y el resto de los investigadores reconstruyeron el árbol genealógico de ese ancestro hasta la actualidad usando datos del censo, obituarios, localizadores de sepulturas y otras referencias. Dentro del árbol marcaron los posibles sospechosos: hombres nacidos entre 1940 y 1960 que vivían en California en los años en los que se cometieron los crímenes. Finalmente dieron con DeAngelo, que había sido despedido en 1979 por robar un espray repelente de perros y un martillo, según The Washington Post. La policía de Sacramento empezó a seguirlo hasta que consiguió una muestra actual de su ADN, probablemente rescatada de su basura. El ADN del asesino sin cara de los 70 y 80 y el de DeAngelo eran el mismo.

El pasado agosto Paul Holes, uno de los responsables de la investigación, desveló la identidad de Rae-Venter con su permiso. "Si no fuera por Barbara probablemente seguiríamos reconstruyendo árboles genealógicos. Ella nos dio un orden y un conocimiento imprescindibles", dijo en un tuit. Holes explicó en una reciente charla que la policía también ha subido a la base de datos el ADN del asesino del Zodiaco, presunto autor de al menos siete asesinatos en los 60, según la forense Jennifer Bucholtz.

Rae-Venter explicó a The New York Times que ya está colaborando en otros 50 casos. Su interés por la genealogía se ha centrado en la búsqueda de sus antepasados escoceses, que fueron expulsados de las Highlands por terratenientes en el siglo XVIII. Rae-Venter apenas ha ejercido como científica, pero tras sus estudios se especializó en patentes biotecnológicas y su nombre está ligado a algunas de gran repercusión, como el tomate Flavr Savr, la primera fruta transgénica aprobada en EE UU. De 70 años y nacida en Nueva Zelanda, estuvo casada con Craig Venter, unos de los responsables de la secuenciación del genoma humano en 2001.

En 2015 Rae-Venter investigó el caso de una mujer de 30 años que había sido raptada cuando era un bebé. Su supuesto padre abusó de ella y la abandonó. Posteriormente fue condenado por asesinato. La policía secuenció el ADN del asesino y se dio cuenta de que no coincidía con el de la hija. Tras una investigación que involucró a más de 100 colaboradores, Rae-Venter pudo encontrar el nombre real de la mujer e identificar a su abuelo, que quiso conocerla. La investigación apuntó a que el padre era uno entre un grupo de hermanos, pero ninguno quiso hacerse las pruebas de ADN.

El caso de DeAngelo —conocido como el asesino de la zona este— fue incluso más complejo. "Fue un trabajo extraordinario por la enorme cantidad de datos que hubo que manejar, probablemente información sobre más de 1.000 personas que hubo que investigar con muchísimo cuidado" para evitar errores, explica Yaniv Erlich, jefe científico de una de las principales empresas del mercado de los árboles genealógicos. Desde que este caso salió a la luz, en EE UU se ha detenido al menos a otros 13 sospechosos usando el mismo método. Un estudio publicado este año por el equipo de Erlich calcula que bastaría un registro de perfiles genéticos del 2% de la población adulta de EE UU para localizar a los parientes de casi cualquier ciudadano del país a partir de una muestra de ADN anónima. "Estamos sin duda ante el futuro de la genética forense", asegura Erlich.

Por ahora todos estos casos se concentran en EE UU porque esa es la nacionalidad de la mayoría de personas que cuelgan su ADN en las bases de datos. En España, los especialistas forenses de la Policía y Guardia Civil no creen que pueda haber casos similares. Antonio Alonso, genetista del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, explica que "probablemente la policía ni se ha planteado usar esta técnica porque sería ilegal y ningún juez la aceptaría". Este experto recuerda que en España no hay una regulación específica que delimite este uso de los datos genéticos y garantice la protección de la intimidad. En cualquier caso, este tipo de técnicas solo funcionan si hay datos de cientos de miles o, mejor, millones de personas en la base de datos.

La detención de DeAngelo supuso una crisis para GEDMatch porque no sabía que habían usado su sistema para cazar a un presunto asesino. Algunos expertos alertaban de que se comprometía la privacidad de los usuarios. Pero Erlich opina que esto tampoco debería ser un problema. "Estamos hablando del nivel de primo tercero en árboles genealógicos que engloban a unas 800 personas. A ese nivel es muy probable que cualquiera tenga un asesino en la familia".

Los mejores científicos de 2018

La revista científica Nature ha publicado, como hace anualmente, su lista de las 10 personas más importantes de la ciencia este año. Entre ellos está Viviane Slon, la genetista que ayudó a encontrar a la primera hija fruto del sexo entre dos especies humanas —Homo sapiens y neandertal— gracias a la secuenciación del ADN extraído de un hueso de hace 90.000 años.

Jess Wade, especialista en electrónica de polímeros, es reconocida por su esfuerzo para visibilizar a mujeres científicas. Este año también tuvo un papel protagonista al denunciar las declaraciones de Alessandro Strumia, un físico que fue apartado este año del CERN tras asegurar que "la física fue inventada por hombres". La revista también señala al que probablemente es el científico más importante del año, aunque lo es por las razones equivocadas. He Jiankui asegura haber creado los primeros bebés modificados genéticamente con la herramienta CRISPR para añadirles una mutación que les protege contra el VIH, lo que crea de facto una nueva estirpe de humanos que pueden sufrir efectos secundarios desconocidos.

10 feminicidios que enlutaron a CDMX y Edomex en 2018 - La Silla Rota

FRIDA MURIEL MENDOZA ARRUBARRENA 29/12/2018 08:22 p.m.

CIUDAD DE MÉXICO (La Silla Rota).- El 2018 fue el año en el que, lamentablemente, la cifra de feminicidios en México aumentó de siete a nueve al día.

Se le llama feminicidio a aquel asesinato que se da porque sea mujer o por motivos de género; dichos asesinatos suelen tener signos de violencia perpetrada por alguna pareja (actual o anterior), familiar, algún hombre que la víctima conociera o desconocidos que suponen "tener el derecho a asesinarlas o ser superior sobre las mujeres".

En el caso de la Ciudad de México y el Estado de México, algunos nombres se volvieron mediáticos ya sea por la crueldad con la que fueron asesinadas o por la búsqueda masiva de ellas que tuvo un triste final:

1.       Arlet, Evelyn y Nancy , Jardines de Morelos

Arlet Samantha de 23 años, Evelyn de  y Nancy de 28 años, eran madres solteras y vivían en Ecatepec. Todas desaparecieron en la colonia Jardines de Morelos en distintas fechas de este año.

Sus restos fueron encontrados en un lote baldío en la misma colonia el 6 de octubre y abrieron uno de los casos más terribles del 2018: habían sido víctimas de una pareja de feminicidas que vivían en la misma colonia y habían asesinado a más de 10 mujeres.

El caso de los llamados "Monstruos de Ecatepec" viralizó las redes y puso a Ecatepec en el ojo del huracán, pues se trata de uno de los municipios más violentos en el cual los feminicidios se han duplicado en los últimos 10 años.

2.       Graciela y Gatziella Cifuentes, Álvaro Obregón

El 15 de marzo ocurrió un incendio en una casa de la colonia Santa Rosa Xochiac en la delegación Álvaro Obregón. En el lugar murieron madre e hija: Graciela Cifuentes y Gatziella Sol Cifuentes.

Sin embargo, no fue hasta el 31 de marzo que un video de denuncia alertara a los medios y ciudadanos que aquel incendio no fue un accidente y se trataba de un doble feminicidio que más tarde confirmaría que el asesino era el novio de Gatziella, quien agredió a ambas, las asesinó y posteriormente incendió el domicilio para "borrar evidencia", el feminicida se encuentra preso.

3.       Gaby, Álvaro Obregón

Gaby de 25 años había salido a pasear a su perro en la colonia Del Valle el 29 de julio cuando fue secuestrada y posteriormente asesinada.

La joven que trabajaba como hostess en un restaurante, fue hallada en la alcaldía Álvaro Obregón atada de las manos y con un tiro de gracia en la cabeza.

Aunque la Procuraduría capitalina busca al asesino quien probablemente pertenecería a la Unión de Tepito, no hay ningún detenido por el feminicidio a la fecha.

4.       Yesica Celene, Reforma 222

El 19 de marzo era un día de puente y mientras cientos paseaban en el centro comercial de Reforma 222, Yesica Celene de 28 años fue asesinada por su ex pareja mientras laboraba en la plaza.

Su pareja la había amenazado con anterioridad y llegó directamente al local donde Jessica trabajaba y la asesinó tras asestarle tres balazos.

El asesinato a pesar de cumplir con las características de un feminicidio, fue investigado como homicidio calificado y en redes sociales se tachó como un crimen pasional.

Debido a que el hombre intentó suicidarse tras asesinar a Yesica pero falló, fue hospitalizado y posteriormente detenido.

5.       Ingrid, Tlatelolco

Ingrid de 14 años había salido a la papelería el 12 de noviembre de su domicilio ubicado en la Unidad Habitacional de Tlatelolco pero no regresó a su casa pues esa misma noche fue asesinada y sus restos fueron encontrados al interior de una maleta abandonada en las jardineras de la misma unidad habitacional.

Su media hermana habría salido con Ingrid y al regresar señaló que la menor se había quedado con Melisa, una joven que es su vecina y presuntamente su pareja.

Sin embargo, más tarde La Silla Rota dio a conocer que un hombre fue quien abandonó la maleta con los restos de la menor por la madrugada.

6.       Jimena Paola, Neza

Jimena tenía 14 años, estudiaba la secundaria y vivía en el municipio de Nezahualóyotl en el Estado de México, había salido a la calle el 9 de mayo para ver a una amiga.

Por la noche, cuando llegó el padre de la menor y se percató que la menor no estaba en casa inició la búsqueda y dio parte a las autoridades municipales.

Horas más tarde, la mañana del 10 de mayo la policía notificó que habían hallado el cuerpo de una menor con las características de Jimena, estaba desnuda y tenía rastros de tortura y violencia sexual.

Más tarde se supo que Jimena fue violada y asesinada por dos hermanos que viajaban con ella en una combi, y seis meses después Gerardo Uriel y Alejandro Ulises "N" fueron detenidos y vinculados a proceso por el feminicidio.

7.       Valeria, Melchor Ocampo

El 15 de octubre, el cuerpo de Valeria, una niña de 12 años que había desaparecido el día anterior tras salir a comprar a la tienda, fue hallado en un terreno baldío en el municipio de Melchor Ocampo en el Estado de México.

De acuerdo con testigos, Valeria fue raptada por un hombre alto, delgado y con tatuajes. Sin embargo, el feminicida de la niña de 12 años sigue prófugo y la familia permanece a espera de la justicia.

8.       Fátima, Neza

Entre la noche del 10 de marzo y las primeras horas del domingo 11, Fátima de 28 años fue asesinada por su esposo en su domicilio.

Fátima estaba embarazada de gemelos y fue ahorcada por Edgar Raymundo, su esposo. Una de las hijas de Fátima fue la que descubrió por la mañana a su madre sin vida y su padre ya no estaba.

Desde aquel momento el esposo y feminicida de Fátima está prófugo.

9.       Berenice, Mar y Jessica, capitalinas en el extranjero

Berenice, capitalina de nacimiento, vivía en Bélgica desde hace más de seis años tras casarse con Tom. El 9 de enero, Berenice falleció en un hospital de la localidad donde vivía tras ser agredida con un cuchillo.

Su familia fue notificada dos días después por personal de la embajada, quienes también les comentaron que la joven era víctima de violencia doméstica hasta que su esposo la mató.

Debido a la lentitud del caso, Tom logró escapar y la familia de Berenice vivió un largo proceso para poder repatriar el cuerpo y conseguir la custodia de sus hijas.

María Trinidad, mejor conocida como Mar, tenía 25 años, vivía en la Ciudad de México y tras ahorrar, viajó a Costa Rica el lugar de la "pura vida" donde halló la muerte.

La joven fue violada y asesinada el 5 de agosto en una de las playas de Costa Rica. Los violadores y asesinos de la joven abandonaron el cuerpo de la joven en la playa y fue hallada en el mar sin vida.

Su historia fue viral durante ese mes y fue revictimizada por haber viajado sola. Los feminicidas aunque fueron detenidos al poco tiempo salieron libres.

Jessica Astorga,  una joven diseñadora fue asesinada el 11 de agosto por su esposo Pierre en Lyon, Francia.

Sin embargo, la familia de la joven de 26 años se había enterado de otra versión puesto que Pierre les dijo por WhatsApp que Jessica se había suicidado.

Gracias a un informe del forense, la familia de la joven logró comprobar que había sido un feminicidio y no un suicidio. Poco después Pierre confesó su crimen y fue detenido.

10.   Miranda, CCH

Miranda Mendoza, una joven de 18 años que estudiaba en el Colegio de Ciencias y Humanidades Oriente había sido secuestrada al salir del plantel el 20 de agosto.

Sin embargo, 16 días después, su cuerpo fue hallado en Cocotitlán, Estado de México, fue asesinada y calcinada

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El asesino de Laura Luelmo no siguió ningún programa de rehabilitación en prisión - EL PAÍS

 Bernardo Montoya, el asesino confeso de Laura Luelmo, ha pasado 20 de sus 50 años en la cárcel. Su comportamiento dentro de prisión era bueno. Pero nunca quiso acogerse a ningún programa de rehabilitación tras asesinar a una anciana. Este tipo de tratamientos son voluntarios y los expertos sostienen que una inclusión forzada no es efectiva. La buena conducta de Montoya dentro de prisión contrastaba con recaídas en la delincuencia cada vez que salía de la celda: fugas, robos, amenazas a personas a las que trataba de robar... y, por último, el asesinato de Laura, la maestra que desapareció el 12 de diciembre en el El Campillo (Huelva) y cuyo crimen ha sacudido al país. Montoya había salido de la cárcel en octubre.

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"La reincidencia no es imposible de prever", señala Arturo Beltrán, magistrado de la Audiencia Provincial de Madrid que lleva 22 años resolviendo recursos contra decisiones de juzgados de vigilancia penitenciaria. "En las cárceles", añade, "hay programas específicos para deshabituación a las drogas, en temas relacionados con agresiones sexuales o violencia machista. Y son programas exitosos, pero no al 100%, eso es imposible".

"¿Todos los presos son reinsertables? No. No todo el mundo lo es", señala José Luis Castro, titular del juzgado de vigilancia penitenciaria de la Audiencia Nacional encargado de controlar a más de 3.000 condenados. "Los equipos técnicos de prisiones hacen un trabajo serio, riguroso y científico. Son excelentes profesionales. Pero a veces los presos se acogen a estos programas, que son voluntarios, con un sentido meramente utilitarista, porque les permiten acceder a beneficios penitenciarios".

Al filo de la medianoche del 13 de diciembre de 1995 Montoya entró por la fuerza en la casa de una mujer viuda de 82 años llamada Cecilia y que vivía sola. El hombre, entonces de 27 años, drogodependiente al menos desde los 22, pretendía evitar que la mujer declarase contra él en un juicio pendiente por delitos de allanamiento de morada y lesiones cometidos meses antes. "Agazapado detrás de la puerta del dormitorio de Cecilia, de forma sorpresiva e inopinada y sin mediar palabra, la apuñaló en la región dorsal. Cuando la mujer cayó al suelo, Bernardo Montoya se abalanzó sobre ella y le propinó otras seis puñaladas en el cuello que le causaron la muerte".

Estos hechos probados se incluyen en la sentencia de la Audiencia Provincial que condenó a Montoya a 17 años y siete meses de prisión por asesinato, allanamiento de morada y obstrucción a la justicia, así como a la prohibición de regresar durante cinco años a Cortegana (Huelva), municipio donde sucedió el crimen. La Guardia Civil le detuvo unos días después. Ingresó en la cárcel en las navidades de 1995 y allí estuvo hasta marzo de 2015.

Historial penitenciario y delictivo de Montoya

Bernardo Montoya, el asesino confeso de Laura Luelmo, ha pasado casi 21 de sus 50 años en la cárcel de Huelva, donde disfrutó de permisos por su buen comportamiento.

13 de diciembre 1995. Asesina a Cecilia, una viuda de 82 años en Cortegana (Huelva).

5 de noviembre de 1997. Es castigado a 17 años y 7 meses de cárcel por asesinato, allanamiento de morada y obstrucción a la justicia.

Abril de 2008. Montoya consigue un permiso de una semana y ataca a una joven peluquera en Campillo (Huelva) y a su perro.

Diciembre de 2009. Permanece huido 10 meses tras fugarse en un permiso.

Mayo de 2010. Es condenado por el ataque a la peluquera a 18 meses de prisión.

Octubre de 2010. Regresa de forma voluntaria a la cárcel y es condenado a seis meses por quebrantamiento de condena. Logra la libertad definitiva en marzo de 2015.

Enero de 2016. Es condenado a dos años y 10 meses por robos cometidos en 2015.

Octubre de 2018. Sale en libertad y se instala en El Campillo, enfrente de la vivienda que alquilará más tarde Laura Luelmo.

Diciembre 2018. Asesina a Luelmo. Reconoce el crimen y vuelve a estar entre rejas.

En abril de 2008, cuando llevaba 13 años preso, aprovechó un permiso penitenciario de siete días para delinquir. Precisamente en El Campillo, donde 10 años después asesinaría a Laura, amenazó a una mujer y apuñaló al perro que la defendía. En 2010 fue condenado por estos hechos a un año y medio de cárcel.

Antes de esta sentencia, Montoya disfrutó de otro permiso de siete días en diciembre de 2009 y no regresó el día fijado. Estuvo huido 10 meses hasta que se presentó voluntariamente en la cárcel para seguir cumpliendo la pena. Este quebrantamiento de condena le costó otros seis meses de cárcel.

Tras cumplir todas sus penas y quedar en libertad, volvió a cometer dos robos con violencia por los que fue castigado a dos años y 10 meses de cárcel. Era la tercera sentencia en el listado delictivo de Montoya.

Apenas había pasado nueve meses en libertad y regresó a la cárcel. De enero de 2016 a octubre de 2018 permaneció encerrado y disfrutó de dos permisos en los que no consta que cometiera nuevos delitos. De ahí salió en noviembre para irse a vivir a El Campillo, a una casa situada enfrente de la de Laura.

"La reincidencia en el delito de homicidio o asesinato es infrecuente", destaca el magistrado Beltrán. "La gran reincidencia se da en los ladrones, que pueden entrar 10, 12 o 14 veces en prisión". Es infrecuente que un asesino vuelva a matar. Por eso, cuando se da un caso como el de Montoya, la alarma social se dispara.

El criminólogo Vicente Garrido, profesor de la Universidad de Valencia y autor del libro Asesinos múltiples y otros depredadores sociales, sostiene: "El sistema penitenciario nació para contener un mal, no para erradicarlo. Aproximadamente reincide un 50% de los presos, aunque hay variaciones en cuanto a los tipos delictivos. Esto indica que no es cierto que la cárcel sea una escuela del crimen para muchos de los presos".

Las prisiones españolas tienen hasta 18 programas distintos de tratamiento psicoeducativo y terapéutico para los presos, con sesiones semanales de tres horas y media y diversos trabajos entre sesiones.

Con esta herramienta se pretende hacer efectivo el mandato del artículo 25.2 de la Constitución: "Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social".

Recluso activo

Florencia Pozuelo, jefa del área de programas de tratamiento de Instituciones Penitenciarias, señala que esas políticas de reeducación y reinserción dan resultado. "El último estudio que hemos hecho sobre 150 condenados por agresión sexual tras un seguimiento de entre dos y cinco años después de salir en libertad nos dice que solo 21 de ellos reincidieron, y de estos, solo siete cometieron un delito de índole sexual, apenas un 5%", explica. Todos los exreclusos con los que se hizo este estudio habían participado en las sesiones psicoeducativas y terapéuticas.

En el historial penitenciario de Bernardo Montoya no consta que hiciera ningún programa de tratamiento. Son voluntarios. El pasado año, el 45% de los presos se acogió a alguno de esos programas.

"Ninguna terapia forzada es útil", señala el profesor Garrido. "Otra cosa es que el interno prevea que participar en ella quizás le acerque a disfrutar de algunos beneficios penitenciarios y, sin gran motivación, se inscriba en el programa. Ahí puede aprender cosas útiles para su reinserción. Por ejemplo, las razones que están detrás de las explosiones de ira, aunque no se apuntara al programa por esa razón".

Durante los 20 años pasados en la cárcel, Montoya fue un interno activo, implicado en tareas de limpieza y jardinería, disfrutó de un destino laboral en el departamento de mantenimiento de la cárcel, convivió con otros internos en un módulo de respeto para fomentar la convivencia y se apuntó a cursos de alicatado y carpintería, según su expediente.

La convivencia con otros presos en la cárcel fue correcta. Pero la convivencia en libertad le resultó imposible.

Desde el año pasado, las prisiones han incorporado un programa específico para conductas violentas destinado a presos que han cometido asesinatos. Montoya tampoco lo siguió.

El ‘asesino pelirrojo’, de víctima de bullying a sádico de rabia incontrolada - La Vanguardia

¿Puede una medicación para controlar la epilepsia causar malformaciones en el feto durante el embarazo y que éstas se traduzcan posteriormente en un comportamiento violento? Para el psiquiatra de la defensa, el doctor Stephen Herman Smith, es posible que el Tridione provocase algún daño irreversible en el cerebro del niño asesino Eric Smith, generando un síndrome poco común denominado Trastorno Explosivo Intermitente (TEI), que se caracteriza por una expresión extrema del enfado en forma de rabia incontrolada. Por no mencionar el bullying sufrido en la escuela.

Sin embargo, de la batería de pruebas médicas que se realizaron al acusado ninguna logró demostrar que el trastorno había sido la causa que desencadenó el crimen. "Algo le pasó a su cerebro", explicó el psiquiatra ante el tribunal.

Foto de Eric Smith de niño
Foto de Eric Smith de niño (YouTube)

Como se comprobó durante el juicio y años más tarde en una entrevista para televisión, Smith tenía graves complejos de inferioridad. Su falta de autoestima por culpa de los abusos sufridos por sus compañeros de escuela ocasionó la mayor explosión agresiva de su vida: el asesinato del niño de cuatro años Derrick Robie.

Los macabros feminicidios que estremecieron a México este 2018 - TRIBUNA

Ciudad de México.- En Latinoamérica cada día mueren asesinadas nueve mujeres. En México, menos del 10% de los delitos se denuncia, muchos Estados ni siquiera cuentan los feminicidios y las incluyen en el cómputo general de los homicidios.

Los altos índices de feminicidios en México han provocado que se ciudadanos exijan que el 3 de noviembre sea declarado Día de Muertas para ejercer presión al Gobierno en todos los niveles hasta lograr justicia, reparación y verdad para las víctimas.

En agosto de 2018 se reportó que seis Estados concentran 40% de los feminicidios del país, con 188 decesos de los 469 casos que se registraron a nivel nacional. 

Veracruz, Nuevo León, Chihuahua, Sinaloa, Guerrero y Jalisco (sin contar al Estado de México y Ciudad de México) son las entidades que hasta ese momento encabezaron los crímenes contra mujeres y de los cuales cuatro cuentan con Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM), con excepción de Chihuahua y Jalisco

De enero a diciembre del 2016 se tiene un registro de mil 678 jóvenes desaparecidas en México. De la cifra global, 150 son menores de edad.

Calcinadas, descuartizadas, maniatadas, decapitadas, con huellas de tortura, desnudas, semidesnudas, con huellas de violencia sexual" son las principales maneras en las que se encuentran los cuerpos, señala María Salguero, geofísica y creadora del Mapa de Feminicidios en México.

América Latina es el lugar más letal para las mujeres fuera de una zona de guerra, según ha señalado ONU Mujeres. 

Magdalena, una nutrióloga de 28 años, llamó por última vez a su madre el 13 de enero. A los 9 días, los policías encontraron su cuerpo cocido y desmembrado

Sus extremidades estaban en una olla sobre una parrilla, su pelvis en una bolsa de plástico en el suelo y el resto de su cuerpo dentro del refrigerador de un local de su expareja ubicado en Taxco, Guerrero. 

Silvia 'N', la madre de César 'N', exesposo de Magdalena, también fue detenida por su presunta participación en el feminicidio.

Un joven de 23 años admitió haber asesinado a su exmujer, su cuñada y a la concuña de esta porque no le permitían ver a su hija.

Los hechos ocurrieron en el callejón del Negro de la colonia Casa Blanca, en Villahermosa, Tabasco, cuando el 'Fénix' llegó al domicilio de Aracely Hernández, su expareja, para ver a su hija.

Como la mujer de 22 años se opuso a que el joven pudiera verla, por temor a que se la llevara, sacó un cuchillo con el que la apuñaló en varias ocasiones hasta matarla, según su declaración.

Pronto, apareció la hermana gemela de la madre de la menor, Karina del Carmen, para socorrerla, pero también fue acuchillada al igual que su concuña, Verónica Janeth. El cuerpo de una de ellas quedó postrado en la entrada de la casa. El agresor intentó huir pero fue detenido por vecinos y luego la Policía.

El 5 de agosto, una joven de nombre María Trinidad Matus, de 25 años de edad fue asesinada en Costa Rica. La turista mexicana fue asaltada cuando caminaba por la playa El Carmen, en compañía de una amiga de origen inglés.

En el forcejeo para despojar a ambas de sus pertenencias, uno de los dos implicados ultimó a María Trinidad, en tanto que su compañera logró huir y avisar al hotel donde se hospedaban.

Sin embargo, al regresar, encontraron el cuerpo de María Trinidad en la playa. La Policía arrestó a los dos sospechosos.

Cuatro cuerpos descuartizados fueron localizados dentro de varios tambos de cemento en un domicilio particular del fraccionamiento Infonavit Tepalcapa, en el municipio de Cuautitlán Izcalli.

Tras una inspección al lugar, los elementos hallaron al menos tres contenedores y en su interior los cuerpos destazados de dos mujeres adultas y dos menores; un niño de ocho y una niña de 14 años de edad, quienes fueron asesinados presuntamente por la pareja sentimental de la madre de los menores.

Andrea Michel Olivares, de 17 años, cursaba el quinto semestre en la preparatoria 'Fraternidad', ubicada en el municipio de Chalco, Estado de México, a 20 minutos de su domicilio. El 30 de octubre la joven fue reportada como desaparecida.

A solo un día del reporte, se encontró su cuerpo a más de 15 kilometros del plantel, a lado de la carretera Huexoculco-Miraflores, en una zona de pastizales. La joven estaba semidesnuda, con señales de abuso sexual ahorcada con un lazo.

En el lugar de los hechos se encontró una mochila con útiles escolares, lo que podría indicar que la mujer fue interceptada cuando se dirigía de regreso a su casa.

El pasado 5 de noviembre, autoridades localizaron el cadáver de la maestra desaparecida Aída Rodríguez Campaña de 38 años en los poblados de Caimanero y Guamuchilera, en Mocorito, Sinaloa.

La profesora de historia del plantel 28 del Colegio de Bachilleres de Sinaloa (Cobaes) había desaparecido el 1 de noviembre en la colonia Díaz Ordaz, al momento de dirigirse al plantel educativo localizado en la comunidad de El Tamarindo, perteneciente al municipio de Culiacán.

La maestra de historia había solicitado ser cambiada de plantel ya que su exmarido vivía ahí y la amenazaba. Pese a sentirse en peligro, le fue negada la solicitud.

La menor de 6 años Flor Itzel Cruz Aureles fue secuestrada el 23 de octubre en Chiconcuautla, Puebla y luego hallada muerta dos días después en el fondo del barranco Ixhuacatla, perteneciente al municipio Chiconcuautla, municipio de la sierra norte de Puebla.

De acuerdo con autoridades, detuvieron a 5 personas que podrían estar involucradas en los hechos. Versiones preliminares señalan que la niña fue encontrada con un disparo en la sien derecha, de acuerdo a los datos de la Policía Ministerial en Huauchinango.

Marbella Ibarra, fundadora y exdirectora técnica de Xolos Femenil, fue vista por última vez el 19 de septiembre y tras casi un mes desaparecida su cuerpo fue hallado el 15 de octubre sin vida, con evidentes marcas de haber sido golpeada en su rostro, piernas y cuello.

Autoridades descartaron que fuera un secuestro, ya que no pidieron rescate. Aún se desconocen las causas del asesinato de la mujer que dedicó su vida a impulsar el fútbol femenino en México.

Valeria Rivera de 12 años fue reportada como desaparecida el pasado 14 de octubre tras salir a la tienda y fue encontrada muerta un día después en un terreno baldío cercano a su domicilio en Melchor Ocampo, Estado de México.

La menor fue encontrada sin vida atrás de un templo religioso, a unos 150 metros de donde presuntamente fue robada por un hombre. 

El presunto agresor, identificado como Jesús 'N', fue ingresado días después al penal de Cuautitlán, acusado de feminicidio.

En octubre fue capturada una pareja acusada de asesinar y comerse a decenas de mujeres en Ecatepec, Estado de México.

Juan Carlos 'N', llamado el 'Monstruo de Ecatepec', confesó matar a más de 20 mujeres solo "porque eran bonitas" y por odio, con su pareja como cómplice. El feminicida, sin arrepentimiento alguno, le contó a las autoridades los detalles de sus crímenes e incluso afirmó que si no lo encerraban "seguiría matando".

El feminicida guardó los restos en cubetas y en el refrigerador de su casa, además cocinó las partes descuartizadas en diversos platillos como pozole.

El pasado 13 de noviembre vecinos de la Calzada Nonoalco 181 encontraron el cadáver de una menor de 14 años identificada como Ingrid Alison dentro de una maleta en la Unidad Habitacional Tlatelolco en la alcaldía de Cuauhtémoc.

Autoridades investigaron a Melisa 'N', de 22 años como la principal sospechosa en el asesinato de la adolescente de 14 años, pues según la madre de la víctima, ambas sostenían una relación sentimental.

Pese a esta teoría, se hizo viral un video de las cámaras de vigilancia, en el cual aparece un sujeto que presuntamente llevaba los restos de la menor en la maleta con el objetivo de abandonarlos.

Madre e hija fueron halladas muertas el pasado 15 de marzo en un domicilio de la colonia Santa Rosa Xochiac, de la delegación Álvaro Obregón.

Graciela Cifuentes, académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y su hija, Sol Cifuentes fueron agredidas por una persona que prendió fuego a su domicilio, que se hallaba en reparación tras el sismo del 19 de septiembre, para posteriormente huir a bordo del automóvil de las víctimas.

Según autoridades, la deuda provocada por la venta de un teléfono celular, habría desencadenado el feminicidio de la académica y su hija.

Lo anterior de acuerdo a los datos asentados en la carpeta de investigación del caso tras la captura de Alan 'N', novio de Sol y presunto autor del doble homicidio.

Las investigaciones de la Procuraduría General de Justicia capitalina afirman que las huellas de forcejeo y defensa encontradas en el cuerpo de la académica coinciden con los datos genéticos del presunto agresor.

Esta nota incluye información de: Infobae y El País

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