Viviendo con miedo al asalto “conejero” - Informador.mx

La novedad de noviembre de la imparable escalada de violencia que hemos sufrido en todo lo que va del 2018 es el azote de los llamados asaltos "conejeros".

Ayer EL INFORMADOR documentó que esta modalidad de robo, que consiste en asaltar a las y los ciudadanos que salen de los cajeros automáticos o de las sucursales bancarias con dinero en efectivo, rompió récord este sexenio al llegar a dos mil 760, un promedio de casi dos diarios.

La tendencia es clara, las mafias han visto mucho más rentable despojar a las y los ciudadanos que retiran efectivo de los bancos o de sus cajeros automáticos, que como antes, planear asaltos bancarios. Mientras que en 2013 hubo 139 atracos a bancos en 2018 van apenas 26, en cambio, en ese mismo periodo los asaltos conejeros pasaron de 287 a 724 en lo que va del año.

Si ya en octubre se había alcanzado la cifra récord de 102 robos de este tipo, en lo que va de noviembre la tendencia es superar esa cifra. Más aún en diciembre por el crecimiento de retiros de dinero en efectivo por la temporada navideña y de fin de año.

A la par de este crecimiento, ha venido una sofisticación en el modo de operación de estos delincuentes, y lo más grave, con mucho mayor grado de violencia.

Antes estos asaltos se daban a la salida de las sucursales bancarias, pero con los ocurridos en los últimos días se ha evidenciado que han perfeccionado y ampliado su trama corrupta de cómplices, para detectar a los usuarios que retiran las más grandes sumas de dinero y a los que ya no sorprenden en las inmediaciones de las oficinas bancarias, sino cuando van llegando a su destino o camino a él. La impunidad con la que se mueven ha aumentado también la saña y crueldad con la que operan los llamados "conejeros". Tan sólo en esta semana ya asesinaron a un hombre que se resistió al asalto y a otro le dieron siete balazos.

Como en otras modalidades delictivas, en ésta, las policías municipales, estatales y federales se han visto ampliamente rebasadas. Lo único que han atinado a realizar para enfrentar este lastre es a medio describir su modus operandi y a pedir que quienes saquen dinero del banco pidan el acompañamiento policial, sin que existan los elementos suficientes para atender todas esas peticiones.

Estas acciones han sido a todas luces insuficientes y los usuarios de la banca están en total desprotección ante estas bandas delincuenciales.

Por eso es urgente que las autoridades de todos los niveles cumplan su obligación y hagan algo serio y eficaz para parar esta ola de asaltos catastróficos para quienes los padecen y que cada día enlutan a más familias. Deben mejorar patrullajes pero sobre todo hacer investigaciones que desmantelen esta trama de complicidades en las que seguramente están coludidos empleados bancarios, policías privados y públicos con el hampa, o cuántas tragedias más tienen que suceder. ¿O esperarán a que lo resuelva la Guardia Nacional?