• Logra diplomado pero en su cuenta van 5 mil ejecutados...
• ¿Es primera dama con aspiraciones presidenciales?
• ¿A qué vienen los diputados a Juárez?
• Parálisis de las comisiones legislativas
Tenemos en la versión digital las fotografías e inclusive el comunicado oficial respectivo. Mientras Chihuahua arde en violencia e inseguridad, el fiscal general del Estado, César Augusto Peniche Espejel, lucha denodadamente pero por obtener una estrellita como participante en un diplomado pagado por el Gobierno estatal que se llamó "Alta gerencia en administración pública". No es broma es en serio.
Sólo el exquisito mundo surrealista en el que vive el régimen del 'nuevo amanecer' conoce de episodios como ese. Peniche fue laureado personalmente por el gobernador, Javier Corral Jurado, con todo y que lleva en su cuenta más de 5 mil 100 ejecutados desde que ambos tomaron posesión de sus cargos en octubre del 2016. Más de 30 policías estatales asesinados.
También fue reconocida Concepción "Concha" Landa, la secretaria de Cultura. El mandatario estatal los felicitó por sus asistencias ininterrumpidas a la capacitación desarrollada entre noviembre y el pasado fin de semana.
"La actual administración busca que sus funcionarios sean eficaces, responsables y honestos, y qué mejor que hacerlo mediante la profesionalización de los servidores públicos", dijo en su intervención Corral durante el evento privado desarrollado en el salón 25 de Marzo de Palacio de Gobierno.
Imposible hablar de eficacia en el caso de Peniche; menos de responsabilidad en el caso de "Concha", que se ha gastado decenas de millones de pesos en remodelaciones fifís para sus oficinas y viáticos a varios países del orbe, incluidos varios de la vieja Europa.
Surrealismo e ironías también. El diplomado muy bien pagado al Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE) fue propuesto al gobernador por Stefany Olmos, la ahora exsecretaria de la Función Pública, en un genuino ánimo porque mejore el cancerado ánimo laboral entre los miembros del gabinete y mandos medios.
Ya no vio ella el cierre... ni los botoncitos de alumnos distinguidos para los menos eficaces y menos responsables.
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Mayúsculo el desatino político del momento protagonizado por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, y su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, en relación a las disculpas que pretenden de España por la "invasión a los pueblos originarios" de México.
Dejemos a un lado la diversión nacional e internacional generada por autores que siempre andan a la caza de estas anécdotas e historias para inspirar hilarantes memes y caricaturas. Por todos ellos ha pasado en decenas de miles el nombre del tabasqueño, como el grueso de los mexicanos, con orígenes en la península ibérica. Es nada la rechifla en el estadio de los Diablos Rojos frente al tema de las disculpas de España.
La parte muy seria del asunto es que entra nuevamente en acción la primera dama del país y la cauda de suspicacias que le siguen sobre el fondo real de ese pronunciamiento exótico. ¿Tiene mando ella en Palacio Nacional? ¿Tiene aspiraciones políticas doña Beatriz de López Obrador?
Algo hay en todo eso. El tema de las disculpas fue dimensionado como explosión mediática sin más consecuencias que la búsqueda de presencia en medios. Son puestos a distancia el huachicol, la deuda, la inseguridad, el grave problema económico que sufre la nación... la rechifla... ¡Cambia la agenda nacional en espera de una respuesta del Gobierno español, ofrecida rápida, expedita y contundente!
Ahora la promoción es para AMLO y su esposa hacia un lejano referéndum y posiciones futuras político-electorales con una medida temática tan inadecuada que parece revertida por debidamente planeada. ¿Alguien en la República tenía en mente un asunto de semejante naturaleza? Sólo la hoy jocosa Cuarta Transformación.
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Mañana los diputados sesionarán en Juárez, aunque con mera agenda rutinaria; no vienen a atender la problemática específica de la frontera donde vive la mayoría de la población del estado.
Para aprobar la sesión del Congreso del Estado fue todo un lío, pues la priista Rosy Gaytán y el petista Rubén Aguilar se oponían hasta por el lugar que fue declarado recinto oficial, el Centro Cultural de las Fronteras, aunque ya había el acuerdo de reunirse una vez por mes en esta ciudad.
Al final aceptaron nomás de pensar en los burritos de Ahumada, a medio camino.
Pero la sesión apunta a que será de mero lucimiento, para simular que prestan atención a la ciudad más importante de la entidad.
La crisis migratoria, nomás por dar un ejemplo, ha desbordado a toda autoridad, ni el Gobierno del Estado le ha prestado atención, menos la Cuarta Transformación, que todavía anda echa bolas con la repartición de cargos públicos y responsabilidades.
Mientras la realidad rebasa a los gobiernos, los diputados locales ni por un poquito de vergüenza se han interesado en ver lo que ocurre; y eso que son 5 de Morena, 3 de Encuentro Social, uno del PAN, otro del Verde y uno más del Partido del Trabajo, los que se supone radican en la frontera y representan a grandes sectores de la población.
El otro botón de muestra, que seguro no entienden los señores legisladores, también impacta a Juárez: la famosa reestructuración de la deuda que a paso de tortuga ha llevado el secretario de Hacienda, Arturo Fuentes Vélez, sin incomodidad alguna que le representen los diputados, totalmente ausentes de la realidad.
En números redondos, los intereses que se pagan por la deuda reestructurada y sometida a un nuevo proceso de refinanciamiento, han sido superiores en más del 30 por ciento a los pagados anteriormente.
Pero los diputados aprobaron sin ver y no se les ven muchas ganas de pedir que el Estado les rinda cuentas, como se supone que debe hacerlo.
Así que queda la gran interrogante: ¿a qué vienen los diputados a Juárez?
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Para no dejar la ardua labor legislativa, lo que ya resulta desesperante y decepcionante es el retraso en la instalación de algunas comisiones que deben dictaminar la propuesta de Ley de Fiscalización Superior del Estado de Chihuahua.
Han quedado a deber los diputados Ana Carmen Estrada, de Morena, presidenta de la Comisión Anticorrupción; la panista Blanca Gámez de Transparencia, Acceso a la Información y Parlamento Abierto; y Miguel Ángel Colunga, coordinador morenista y presidente de la Comisión de Fiscalización.
Unidas, dichas comisiones deberían dictaminar, desde hace muchísimo tiempo, la nueva norma fiscalizadora, que se considera pieza clave para que empiece a caminar el retrasado Sistema Estatal Anticorrupción.
A los diputados de dichas comisiones, conformadas por representantes de todos los partidos políticos, les han picado las costillas quienes sí tienen interés real en que funcione el armatoste creado para combatir la corrupción en el sector público.
Les han recordado su incumplimiento los asesores legislativos, las organizaciones de la sociedad civil, los pocos integrantes del cojo Sistema Anticorrupción, pero los diputados parece que viven en un mundo aparte.
A los diputados, evidentemente, el tema anticorrupción nomás les interesa para los discursos y boletines.