"Se cumple dos años y diez meses. Marito espera Justicia y yo espero un poco de paz. Hasta el día de hoy, veo una justicia que no puso lo que tenía que ponen. Acá hay encubrimiento del poder judicial y político del crimen de mi hijo". Quien habla es Mario Salto, el papá de Marito, el chico de 11 años que fue torturado, violado, descuartizado y asesinado en un rito satánico, en Quimilí, Santiago del Estero. Para investigar el crimen, que tiene como principal hipótesis el de un sacrificio humano a San La Muerte y que no descarta las conexiones con el narcotráfico, la jueza Rosa Falco ordenó en septiembre del año pasado la realización de más de 3500 ADN, para comparar el patrón genético de cada habitante de Quimilí, con los dos patrones encontrados en el cuerpo de Marito. Una tarea titánica y millonaria: solo en la primera etapa se gastaron más de 12 millones de pesos. Pero hasta el momento, ninguna de las casi 3000 muestras analizadas hasta el momento acercaron a los investigadores al autor material del homicidio y de la violación.
La causa tiene once imputados, siete de ellos detenidos y un solo procesado: Rody Sequeira, acusado de ser la persona que captó a Marito al borde de la laguna y se lo entregó a sus captores. Distintos testimonios y pruebas lo ubicaron en la escena en la que se produjo la desaparición. Pero además, quedó complicado por las declaraciones de Fabián Orellana, un joven que había contado en el pueblo, que un día después de la desaparición, visitó la casa de Ramón "Burra" Rodríguez, el ladrillero que habría actuado de campana para el secuestro, y allí se encontró con Sequeira. Los dos hombres estaban tomando cerveza y cuando él fue a buscar más bebida a la heladera, se encontró con varias bolsas negras con mal olor. Y, según declaró ante la Justicia, Rodríguez y Sequeira le habrían ofrecido dinero para que las llevara a un basural, argumentando que era carne en mal estado, peor Orellana no accedió. Más tarde, le comentó la situación a una vecina que declaró en la causa. Desde entonces, estaba prófugo, pero la policía logró detenerlo y finalmente Orellana declaró.
El video del padre de Marito Salto, a dos años y diez meses de su asesinato
03:48La otra prueba fue aportada por el testimonio de una vidente, Marcela Mendoza, que vive en la provincia de Córdoba, a quien Miguel Jimenez, acusado de ser el autor intelectual del crimen, mandó a llamar después de la desaparición de Marito. El testimonio se sumó a pedido de la familia. Mendoza detalló cómo fue el encuentro, dijo que como vidente no había visto nada, pero que Jimenez la llevó a ver a Rody Sequeira, a pesar de que tanto Jimenez como Sequeira, habían declarado no conocerse entre sí más que de vista.
Jimenez, conocido en el pueblo como "el brujo de Quimilí", un productor de algodón con mucha llegada a los círculos del poder en la provincia y su mujer, Arminda Díaz, ex directora del colegio al que asistía Marito, permanecen detenidos y la jueza les denegó el pedido de excarcelación extraordinaria. El abogado que los representa, Hugo Frola, asegura que la salud de ambos está muy determinada y que deberían poder esperar la etapa de instrucción del caso desde su casa, argumentando que no obstaculizarían la investigación ni intentarían fugarse, pero la jueza no les creyó. Hoy son los principales acusados, aunque por el momento no cuenta con elementos sólidos para procesarlos.
El papá de Marito está desesperado y desilusionado. Aunque Marta Salto, la tía, se entusiasma con los avances lentos que ha tenido la causa, Mario se siente decepcionado por la falta de avances significativos. Está convencido que hay encubrimiento político y judicial. Desde hace algún tiempo, administra una página de Facebook que se llama Justicia para Marito, que tiene 3500 seguidores, desde donde va actualizando el estado de la causa y suele subir videos, en los que les habla a cámara a sus seguidores y pide que lo viralicen para reclamar justicia.
Los videos del papá
"A usted, gobernador de la provincia de Santiago del Estero (Gerardo Zamora), en dos oportunidades fui a la casa de gobierno y le dejé una nota para hablar con usted. Pero nunca fui llamado. Yo no soy un narco, no soy un violador", reclama en el video que grabó hace pocos días, cuando se cumplieron dos años y diez meses del asesinato. "Espero que todos se enteren de que acá en Santiago del Estero está el crimen más aberrante de todo el país. Luchemos para que no haya otro Marito", pide el hombre, con mirada perdida, desde su rancho, con la remera con la foto de su hijo.
En Quimilí, los vecinos y familiares ya van por la marcha 138, esa que hacen todos los jueves desde que desapareció Marito.
La causa tiene nuevos fiscales. La fiscal Olga Gay de Castellano se tomó licencia, fue nombrados Aida Farran Serle y Alvaro Canto. Con ellos, los familiares mantuvieron una reunión en febrero, luego de la feria judicial. Fue una audiencia con los investigadores con la presencia de la comunidad de Quimilí. También estuvo la jueza Falco, que informó que se habían tomado más de 3400 muestras de ADN. Y que entonces, ya se habían analizado 2600 muestras. (Hoy son casi 3000) Además, que desde el Ministerio de Seguridad la Nación, Patricia Bullrich se comunicó con el presidente del Supremo Tribunal, Sebastián Argibay, para poner a disposición los laboratorios forenses de la Corte, en caso de que fueran necesarios.
De todas formas, la mayoría de las muestras se analizaron en Santiago. Y una proporción menor se envió a Buenos Aires. Por casi un mes, los estudios en la provincia estuvieron demorados por la falta de los reactivos.
"Todas las personas que se habían negado a ser hisopadas, fueron notificadas y todas se presentaron ante la Justicia y se les tomó la muestra. Paralelamente detectamos que en un barrio muy populoso, conocido como El Triángulo, había unas 300 familias que no habían sido relevadas. Ahora volveremos a Quimilí para tomar esas muestras. Seguiremos por la localidad de Suncho Corral, a 60 km", dice la jueza Falco.
Los abogados de Rody Sequeira apelaron el procesamiento y se pidió una audiencia que se realizará en los próximos días. También se sumó a la causa un informe preliminar del criminólogo y experto en antropología forense, Humberto Micelli. Según asegura la familia, ese informe confirma que Marito fue sacrificado en un ritual satánico, en ofrecimiento a San La Muerte. "Es la hipótesis más firme, sobre la que se está trabajando, sin descartar ninguna otra", apunta Marta, la tía de Marito. La jueza lo confirma.
A medida que aparecen los resultados, todos negativos, los habitantes de Quimilí no se enteran si dejaron de ser sospechosos o no del crimen de Marito. No lo saben ahora y no lo sabrán después, apunta la jueza, ya que los resultados serán destruídos después de que se analicen todos. No quedará un registro genético de la población, como se había sugerido al principio.
"Toda la investigación es una vergüenza. Hemos desestimado las distintas instancias de la investigación, desde la odorología forense con los perros, hasta las inclusión de un antropólogo, supuestamente especialista en sectas. Sumaron a un evangelista de Quimilí, todo es una paparruchada. Nosotros elevaremos una queja formal ante la Corte Suprema de Justicia, el próximo martes, porque todo el caso es una farsa. Personalmente creo que están esperando que mi cliente, que ya perdió 15 kilos y tuvo que recibir un marcapasos, se muera en la cárcel para echarle la culpa de todo y decir que se llevó el secreto a la tumba", asegura Frola, ante la consulta de LA NACION.