SAN JOSÉ, Costa Rica.- La confirmación de la muerte de la turista Carla Stefaniak en Costa Rica no fue un evento aislado. La ciudadana estadounidense de origen venezolano fue asesinada en una semana crítica por la violencia machista en este país centroamericano. En los últimos días, se confirmó la muerte de otras cuatro mujeres costarricenses por ataques de hombres en razón de su género. Ya son 24 en este 2018 y apenas está empezando un mes en que suelen aumentar las denuncias por violencia doméstica.
Ahora se sabe que el crimen de Carla pudo tener una explicación por su género. Los investigadores locales informaron que hay pistas que indican la posible comisión de un ataque sexual contra la mujer de 36 años, antes de ser asesinada con golpes y un cuchillo. Su cadáver fue hallado el lunes en una zona boscosa cerca del hotel en Escazú (al oeste de San José) donde se hospedaba una noche antes de tomar el avión de vuelta a su casa en Miami. La policía judicial analiza fluídos corporales y otras pruebas para confirmar las sospechas que hay sobre el vigilante del hotel, quien pasará tres meses en prisión cautelar.
Las autoridades de Turismo en Costa Rica reaccionaron con preocupación. No es la primera vez en este año. Una mujer española (Arancha Gutiérrez) fue asesinada por un presunto agresor sexual en una playa del Caribe llamada Tortuguero y otra joven mexicana (María Trinidad Mathus) también perdió la vida sobre la arena por un supuesto asalto de una playa de moda llamada Malpaís, en la costa del Pacífico.
Pero el problema tampoco es solo de la industria turística, que representa el 6.3% del PIB de Costa Rica. El caso de Carla Stefaniak es solo una manifestación de la violencia machista que se ha agravado en este 2018, dijo a Univision Noticias la ministra de Mujer, Patricia Mora, al salir de una reunión convocada de emergencia en la Presidencia de la República. Ha sido una semana de pesadilla. "Estamos ante una curva ascendente. Cuando creemos que no podemos ir a más, resulta que en un fin de semana tenemos tres casos y vemos el caso de esta chica con la posibilidad de que haya sido atacada sexualmente", lamentó.
"Ya no nos pueden decir falazmente que fue por andar sola en la madrugada en una playa. No, ella estaba en su hotel en Escazú (uno de los municipios más ricos del país). Estamos viviendo un punto límite y el abordaje debe ser de urgencia. Los costarricenses parecíamos tener un acuerdo tácito de convivencia, porque hemos soslayado esa violencia machista que también se vive en muchos otros países, claro", agregó Mora en un tono compungido.
"Hay que hacer algo urgente"
Este miércoles se conoció el asesinato de una adolescente por quien se presume era su pareja, en un municipio costero llamado Cóbano, cerca de donde en agosto mataron a la turista mexicana. También se confirmó esta semana la muerte de una niña de 14 años asesinada en unl ataque en el cual murió también su madre, perpetrado a balazos por el hombre que fue su pareja, en una zona rural al sureste de San José. Ocurrió solo unos días después de que la colegiala falleciera por heridas de bala que se atribuyeron en principio a un intento de suicidio, pero que ahora se achacan a su novio mayor de edad, en un poblado de Alajuela, al oeste del Valle Central del país.
"Hay que hacer algo urgente, grande, que incluya a toda la sociedad porque los crímenes contra las mujeres no solo lo sufren las mujeres", añadió Mora antes de reconocer que este país centroamericano, reconocido por una seguridad relativa y un ambiente de bienestar, "ha cruzado la línea". Cifras de un observatorio especializado del Poder Judicial detallan que en 2017 hubo 26 feminicidios, cifra que se prevé aumente en este 2018 porque faltan semanas en las cuales las festividades aumentan la ingesta de alcohol y, por tanto, las manifestaciones violentas.
En el turismo, empresarios y autoridades expresan preocupación por el impacto que podría tener en una industria determinante para la economía nacional. Después de los crímenes de la mexicana y la española, organizaron congresos sobre la seguridad y diseñaron una campaña de información, además de aumentar presencia policial en puntos turísticos, pero la inquietud continúa. El asesinato de la mujer venezolana que vino a pasar su cumpleaños a Costa Rica volvió a encender las alarmas.
En una rueda de prensa, el padre de Stefaniak, Carlos Caicedo, dijo que su hija consideraba a Costa Rica un destino seguro y que por mucho tiempo tuvo el plan de hacer turismo aquí. Visitó el parque Manuel Antonio (Pacífico central) y La Fortura, un pueblo al lado de un gran lago y un volcán en la zona norte del país. Aún al volver a la capital, el día 26 de noviembre, se comunicó con él y le contó que se sentía segura. Dos días después habría ocurrido el crimen. Las circunstancias aún se investigan, pero los indicios apuntan al hombre que trabajaba como vigilante en ese hotel que ella había reservado mediante la plataforma Airbnb.
"El impacto que esto va a tener, creo que va a llegar. Este país depende del turismo, señores del Gobierno, se les está yendo de las manos el control migratorio, el control de delincuencia", advirtió Caicedo, en referencia al estatus irregular del vigilante del hotel, un nicaragüense que entró a Costa Rica en junio, según indagaciones policiales.
La nacionalidad del sospechoso y la necesidad de controles fronterizos también han sido objeto de discusión en las redes sociales y en los medios de comunicación, aunque las autoridades y los expertos sostienen que el elemento migratorio no es el causante de la violencia machista. "El machismo no conoce de nacionalidades. El planeta entero vive tiempos oscuros con los discursos de odio", apunta la ministra Mora. " Tenemos que tener cuidado de no justificar la violencia de género cargándola sobre los extranjeros y provocando sentimientos xenofóbicos para seguir pensando que nosotros estamos muy bien así".
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