Migrantes de la caravana esperan en Ciudad Hidalgo, Chiapas, México. Imagen: Reuters
La caravana migrante continuó cruzando la frontera Guatemala-México durante el fin de semana, después de haberse mantenido en alto por unas 24 horas en la línea divisoria entre ambos países el pasado viernes; ahora, los migrantes centroamericanos, en su éxodo, ya entraron al territorio mexicano, mientras otras caravanas comienzan a formarse en Centroamérica.
Irineo Mujica, integrante de la caravana y director de la organización Pueblos Sin Fronteras, explicó el pasado lunes que la caravana ya se preparaba para adentrarse más en el estado de Chiapas, donde los migrantes caminan en regiones donde la temperatura está entre los 38°C (100.4°F) y 40°C (104°F).
"Se va hasta Huixtla, vamos día por día, hoy terminando la conferencia se van todos, seguimos", dijo Mujica el lunes.
Migrantes, sumidos en el cansancsio y la desesperación, descansan en Huixtla, Chiapas, México, el 22 de octubre del 2018. Imagen: Reuters
Mujica agradeció a las personas que las han ayudado en su arduo camino hacia Estados Unidos, donde aún faltan alrededor de unas 1,500 millas (2,414 km).
No es una caravana, es un éxodo: Ireneo Mujica, director de Pueblos Sin Fronteras
Además, Mujica explicó que esto ya no es una caravana, sino, mejor dicho, un "éxodo", cuyo responsable de éste es el "hambre y la muerte". Imágenes demuestran que los migrantes se llevan a cuestas ambos infortunios en el mismo el éxodo centroamericano.
Fotografías muestran a los migrantes sumidos en la angustia, ser atendidos por médicos e incluso ha habido muerte en su largo camino. Según el diario El Universal, un migrante centroamericano murió después de haber caído de un camión y ser atropellado por otro vehículo.
Un migrante es atendido pr un médico en Huixtla, Chiapas, México. Imagen: Reuters
Migrantes ya están en territorio mexicano, pero carecen de seguridad y sanidad
Por el momento, algunos migrantes centroamericanos, quienes ya se encuentran en territorio mexicano, pueden estar más tranquilos; sin embargo, aún están expuestos a cualquier peligro, pues muchos integrantes son mujeres y niños que tienen que dormir desprotegidos. El Universal informa que las familias se quedaron a dormir en el piso del Parque Central de Tapachula, Chiapas, donde carecen de regaderas o sanitarios.
Afortunadamente, algunos voluntarios fueron a ayudar a los integrantes de la caravana, llevándoles ropa y comida.
Las víctimas de la violencia
Mientras, algunos integrantes de la caravana esperaron en la frontera para hacer su solicitud de visa y pedir asilo en México, donde las historias sobre la muerte y la violencia que azota Honduras sale a relucir cada vez con más claridad. Por ejemplo, un joven 15 años, Juan Orlando, dijo que salió de Honduras porque ahí está amenazado de muerte y quiere salirse a un lugar donde pueda estudiar medicina.
"Yo no me meto con nadie, pero las pandillas me empezaron a molestar, a perseguir. Me decía que yo no pertenecía al barrio, que me tenía que ir. Al inició yo lo ignoré, pero después llegaron a mi casa, exigiéndome que me fuera o me matarían; y eso, en mi país, es cosa seria", dijo Juan Orlando mientras esperaba tramitar su solicitud de visa en el Instituto Nacional de Migración.
Unos 400 metros adelante, en territorio mexicano, otros inmigrantes, quizás con historias muy semejantes para tener la valentía de arrojarse a este éxodo, descansaban el pasado domingo en el Parque Central de Ciudad Hidalgo, Chiapas, para continuar avanzando en México hacia Estados Unidos.
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