Culiacán, Sin.- Para reducir los índices delictivos en México, es necesario que el gobierno y los empresarios realicen un acuerdo para mejorar las condiciones laborales, consideró, Antonio Roveda Hoyos, catedrático de la Universidad del Rosario, Colombia.
Los empresarios deben entender que es apostarle a la paz y al desarrollo; es decir, que no pueden darle la espalda a la paz, pues mientras siguen los procesos de producción, se desconocen las situaciones de inseguridad, estabilidad o bienestar de una ciudad que ha sido golpeada por la violencia, el entorno no mejorará.
El también investigador de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y Cultura (Unesco), agregó que para los empresarios, la paz es una inversión social que beneficia a toda la población, lo cual costó mucho tiempo comprenderlo en Colombia.
De acuerdo con cifras de la Unesco, en el país existen alrededor de 9 millones de personas que viven de manera directa o indirecta del narcotráfico, cuya consecuencia es que hasta julio de este año se han registrado más de 3 mil muertes con violencia. En contraste, en Colombia tuvieron que pasar 52 años de una guerra terrible, así como millones de víctimas directas o indirectas.
"Se dieron homicidios, secuestros, desplazamientos a raíz de los hechos violentos, hasta tener una de las inversiones más altas en infraestructura militar para enfrentar la guerra", precisó.
Durante su ponencia, como parte de las actividades de la Semana por la Paz, enfatizó, que invertir en la paz no es invertir en seguridad, sino que por el contrario puede agravar el conflicto.
El invertir en armamento, guardaespaldas y vehículos blindados no tiene que ver con trabajar por la paz, debido a que lejos de resolver los problemas, solo los arraiga más en la sociedad.
Recomendaciones
En realidad, invertir en la paz está ligado a la resolución de conflictos, entornos laborales decentes, amables y las relaciones que se dan en las empresas, en donde se favorezca a un trato amable y respetuoso para todos los trabajadores de este país.
El salario tiene también una inversión directa en la paz, ya que ello evitará que las personas tomen las filas del crimen organizado como una opción de trabajo.
Sin embargo, esta inversión debe estipularse en la política estructural de la empresa, por lo que los empresarios tienen que dejar de ver estas acciones como algo filantrópico.
El fenómeno de la violencia de México es el mismo que se vive en América Latina, en donde si no hay un Estado que regule las condiciones laborales, persistirán actos como la corrupción, falta de ética y transparencia, que son las detonantes para la violencia.
La gente va a las filas del narcotráfico fundamentalmente por problemas económicos, y las principales víctimas son aquellos que pasan hambre.
Roveda Hoyos señaló que una solución podría ser que los empresarios regulen sus compañías, de tal manera que tengan la capacidad para ofrecer un empleo digno, ya que aunque sea poco el salario, la gente se olvida de cometer crímenes.
No obstante, para ello, el Estado debe regular los sistemas laborales, la política, pero que al mismo tiempo evite al máximo los problemas de corrupción que se dan en el sector privado y público.
"Evidentemente las condiciones laborales pueden coadyuvar para disminuir la problemática de la inseguridad que azota a México".
El catedrático enfatizó que mientras que las empresas dejen la brecha abierta se corren riesgos mayores, como el nacimiento de organismos peligrosos, como el fenómeno del paramilitarismo en Colombia.
El miembro del Consejo Científico de la Unesco recomendó que tanto sociedad, instituciones públicas, privadas y la Iglesia tienen que generar un pacto nacional, en donde el eje central sea trabajar no en reforzar la seguridad nacional, sino las condiciones laborales.